2 marzo 2015

Los peligros de la noche



Para quienes pasean, viven y duermen en esta ciudad es común oír eso de “Valladolid es una ciudad tranquila”. Salvo contadas excepciones, como fiestas patronales o navidades, las aglomeraciones no son habituales en las calles vallisoletanas. Pero también la seguridad -o inseguridad- de los ciudadanos se palpa en el día a día en una ciudad que registra una bajada en el número de delitos cometidos el pasado año – excepto los homicidios que se duplicaron-.

Sin embargo, mientras que esa seguridad ciudadana casi siempre se ve desde el prisma de la ciudadanía en general, muchas veces se olvida que existen colectivos sociales con más riesgo de padecer cualquier tipo de acto delictivo, personas que por necesidades de la vida se ven obligadas a pasar la mayoría de su tiempo en la calle en lugares o momentos del día en los que la probabilidad de ser víctima de un hurto o una agresión es muy alta.

 

La prostitución, uno de los gremios más castigados

Ese es el caso de aquellas personas, hombres o mujeres, que ejercen la prostitución y que, tal y como recogía el estudio desarrollado por varios técnicos de la Asociación de Ayuda a la Drogodependencia de Valladolid (ACLAD), ofrecen esos servicios en la calle en un porcentaje que llega al 18% del total, con la exposición a este tipo de sucesos que conlleva. Las zonas donde más se ejerce, y que más molesta a los vecinos de los barrios que lo ven a diario, es la carretera de Circunvalación y Los Santos-Pilarica, sobre todo, además del apeadero de la universidad o alguna zona de las Delicias.

A pesar de ello, la asociación que trabaja desde el año 2005 mano a mano con quienes se prostituyen, que son unas 200, la mitad que hace un año, reconoce que lo han tenido verdaderamente complicado para obtener datos y muestras porque, aunque la prostitución es legal en el país, sigue ejerciéndose mayoritariamente de forma clandestina en casas o sitios de relax: “Últimamente esta opción es la que ha cogido más fuerza, tanto para clientes como para quienes se prostituyen, porque se busca no ser visto. Acceder a esos datos es mucho más complicado más allá de lo que se pueda obtener en un club de carretera. Sin embargo, aunque sea el oficio más viejo del mundo, nadie quiere ir con el apelativo de prostituta puesto por la calle” explica José Manuel Martín, uno de los técnicos que ha elaborado este informe junto al Ayuntamiento de Valladolid.

 

Por ese miedo y temor a ser descubiertos, quienes ofrecen sexo en la ciudad tienen miedo y se sienten inseguros ante una situación que les ponga en riesgo, tal y como aseguran desde ACLAD, en la que han investigado desde casos de violencia ejercida por clientes a policía o en el ámbito personal. En este último se han encontrado con hasta un 40% de casos de violencia de género, mujeres prostitutas que han sufrido tanto vejaciones físicas como psicológicas.

Información publicada en AQUÍ EN VALLADOLID




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